La ciudad costera de Acapulco se encuentra en estado de emergencia luego de ser azotada por el poderoso huracán Otis. La situación en la región ha empeorado drásticamente, dejando una estampa de devastación y caos a su paso.
Con cerca de 780 mil habitantes, la población de Acapulco enfrenta una cruda realidad en medio de la emergencia. Muchos residentes se vieron obligados a comprar agua y alimentos de última hora, mientras los comercios y viviendas se preparaban para el impacto, protegiendo sus ventanas con maderas y cinta adhesiva en forma de X.
Las condiciones climáticas severas llevaron a una ocupación hotelera del 50%, lo que motivo a los representantes del sector turístico a instar a los visitantes a permanecer en sus hoteles por seguridad.
El huracán Otis, que se preveía tocaría tierra entre Acapulco y Tecpan de Galeana, se adelantó a las expectativas y provocó rachas de viento de hasta 270 kilómetros por hora y oleajes de 8 a 10 metros de altura en las costas de Guerrero y Oaxaca, según el Servicio Meteorológico Nacional.
Un huracán de categoría 5, con vientos superiores a 250 km/h, puede causar daños catastróficos, incluyendo el derrumbe total de techos y paredes de viviendas, destrucción de construcciones ligeras, muelles afectados, vegetación arrasada, erosión de playas e inundaciones en terrenos planos, con daños graves hasta 460 metros de la costa, según el Gobierno de México.
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