Mientras desayunaban en lo que sería su penúltimo día de visita al viejo Jerusalén, los integrantes de la familia Soria Oñate comenzaron a escuchar las alarmas sin entender lo que pasaba. Después, vinieron los estallidos de cohetes que hicieron saber que estaban en medio de una guerra.
De vacaciones en Israel desde el 30 de septiembre, Suggey Oñate Castillo, Franco Soria Macías y sus tres pequeños hijos, originarios de Irapuato, ya no pudieron tomar su vuelo de regreso a México programado para el domingo 8 de octubre. El ataque del grupo extremista Hamás y la respuesta del Estado israelí se los impidieron.
Los cinco permanecieron hasta el lunes 10 en un departamento en la zona del viejo Jerusalén, desde donde se comunicaron a través de sus redes sociales y otras vías para hacer saber a sus familiares en Guanajuato que están bien y pidieron la ayuda del gobierno mexicano para salir y regresar sanos y salvos, como otros mexicanos que permanecen en Israel.
El lunes, con dificultades, lograron establecer comunicación con la Embajada de México en Israel y obtuvieron la promesa de que serían avisados en cuanto lleguen los aviones que el gobierno federal envió a ese país para repatriarlos, junto con otros ciudadanos mexicanos que permanecen en distintos puntos de Israel y en el aeropuerto de Tel Aviv.
En una llamada telefónica, Franco Alberto Soria Macías, empresario guanajuatense, narró a Proceso el periplo que pasaron en las horas recientes, “nerviosos, preocupados, pero físicamente bien”.
Junto con su esposa y sus tres hijos de ocho, cinco y el bebé de un año disfrutaban de estas vacaciones que comenzaron con su arribo al aeropuerto de Tel Aviv el 30 de septiembre, de donde se trasladaron a Jerusalén para hospedarse en un departamento alquilado mediante una plataforma, ubicado cerca de la ciudad vieja,
“El sábado, que justo cae la festividad judía que se llama Simjat Torá empiezan temprano -estábamos desayunando- a sonar las alarmas; obvio nosotros no estamos acostumbrados a ello, no sabíamos exactamente qué era. Terminaban las alarmas de sonar y se escuchaban los impactos, suponemos que probablemente eran bombardeos, pero no lo podíamos creer”.
Preguntaron a sus vecinos y éstos les confirmaron que eran bombardeos pero que eran pasajeros. “Nos dicen ‘aquí no van a avanzar’; es muy extraño en Jerusalén, hay una zona que tiene un estatus quo que es la mezquita, la zona del templo, que ellos no bombardean normalmente. Pero pasó el tiempo, sonaron las alarmas en repetidas ocasiones y se escuchaban los impactos cada vez más cerca”.
En ese momento, supieron que la situación era diferente. “Nos platican que esto no pasaba desde hace 50 años”.
La familia se tuvo que quedar en el departamento porque los vuelos fueron suspendidos. Pero además, la aerolínea española Iberia, con la que tenían programados los vuelos, lo único que les hizo fue cambiarles la salida “pero por una fecha mucho más lejana”, señala Franco.
El dueño del departamento que rentaron les permitió quedarse sin un costo extra durante los días que deban esperar para poder regresar a México, “y aquí hemos estado viviendo lo que todos los israelitas están viviendo, el tema de la guerra”.
La familia ha podido trasladarse a un refugio cada vez que ha sido necesario, y el resto del tiempo permanece en el departamento. Ven poca gente en las calles, “un ambiente de tristeza” y los estallidos sobre sus cabezas.
Franco y Suggey han tratado de manejar la situación de la mejor manera posible para que sus hijos estén tranquilos. “Les hemos dicho que vamos a conocer el refugio, entonces bajamos con relativa calma, pero nerviosos por dentro”.
Ambos agradecen la ayuda que han recibido de las personas en su entorno. “Obviamente hemos necesitado ayuda en muchas situaciones porque no conocemos por aquí, no sabemos por ejemplo el idioma o las costumbres o donde hacer ciertas compras y la gente de aquí con un corazón muy noble nos ha ayudado, es un pueblo de gran corazón”.
Este lunes 9, después de varias dificultades, pudieron por fin establecer contacto telefónico con el embajador de México en Israel, Mauricio Escanero, quien “se ha portado bien; nos ha dicho que nos va a ayudar, que cuando llegue el avión nos va a avisar…de momento no sabemos cuándo va a llegar pero estamos a la espera de sus indicaciones…ya nos sentimos más tranquilos, no nos sentimos olvidados”, señaló Franco, con quien ya se comunicaron también autoridades del gobierno de Guanajuato.
La familia pidió al gobierno federal que se apresurara a sacarlos de Israel, puesto que comenzaron a ver cómo la escalada bélica va creciendo.
“Hay mucha gente, no nada más nosotros; hay muchos mexicanos que están esperanzados en su ayuda”.
El martes 10 por la mañana, Suggey publicó un mensaje con un video, mostrando que ya se encontraban en el aeropuerto de Tel Aviv, formados para ser repatriados a México. “Muchas gracias, muchísimas gracias a todos los que compartieron y nos ayudaron ya estamos listos para regresar”, escribió.
Y agradeció a la diputada Itzel Balderas por estar pendiente.
En tanto, el gobernador Diego Sinhue Rodríguez publicó en sus redes sociales una fotografía de los cinco integrantes de la familia irapuatense en el aeropuerto, acompañados por personal de la Embajada de México en Israel.
Además, el gobernador informó tener conocimiento de por lo menos un total de 19 guanajuatenses que se encuentran actualmente en Israel, originarios de diversos municipios, como León y San Francisco del Rincón.
La mayoría de ellos habían viajado a Israel en plan de turistas y para vacacionar, y quedaron en medio del conflicto. “Algunos tienen vuelos de regreso” pero con fechas posterior, por lo que tienen incertidumbre sobre si podrían regresar, por lo que han optado por pedir apoyo para su repatriación.
Algunos de ellos están logrando salir mediante vuelos indirectos del Medio Oriente a Europa, Canadá o Estados Unidos, para posteriormente viajar a México, señaló Rodríguez Vallejo.
En su publicación en Facebook, Suggey también informó que un grupo de unas 50 personas originarias de Nayarit se encontraban en el aeropuerto "esperando que le ayuden a regresar con bien".
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