El régimen chavista en Venezuela, en varias maniobras que han causado gran inquietud tanto a nivel nacional como internacional, sigue llevando a cabo acciones para debilitar a la oposición y mantener a Nicolás Maduro en el poder, violando los principios básicos de la democracia. Estas acciones han provocado un intenso debate sobre el futuro de la nación, así como sobre la defensa de los derechos humanos y las libertades civiles.
El chavismo ha aumentado sus esfuerzos para consolidar su poder desde las últimas elecciones presidenciales (2018), en las que se cuestionó la transparencia y la legitimidad del proceso electoral, e incluso muchos países se negaron a reconocer a Maduro como presidente, dejando la representación de Venezuela en manos del expresidente interino, Juan Guaidó.
A raíz de estos acontecimientos, la oposición venezolana ha denunciado repetidamente los abusos de poder y la falta de garantías democráticas en el país, como uno de los principales desafíos que enfrenta.
La persecución sistemática de los líderes opositores y la represión de la libertad de expresión se encuentran entre las maniobras más preocupantes. El régimen ha utilizado la detención arbitraria de políticos, periodistas y críticos de la sociedad civil, así como el cierre de medios de comunicación independientes como formas para silenciar a quienes se atreven a criticar al sistema. Estas acciones violan los derechos humanos y obstaculizan la posibilidad de un debate político equitativo y justo en el país.
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