El presidente Andrés Manuel López Obrador reapareció ayer mediante un video grabado en Palacio Nacional. De traje y con buen semblante, después de un apretado resumen de la atención médica que recibió el domingo en Mérida y fustigar las expresiones de odio de sus adversarios que provocó su enfermedad, expresó: “el muerto que tú matáis, que vos matáis, goza de cabal salud”.
Afecto al simbolismo y la historia optó por grabar el video en el sitio donde vivió sus últimas horas Francisco I Madero, la Intendencia de la Traición. Recordó las deslealtades conservadoras en la historia nacional desde Hidalgo hasta Cárdenas para recalar en la coyuntura actual. “Me he vuelto a enfermar. Llama mucho la atención el odio de algunas personas que quisieran que yo desapareciera, pero no deben de actuar de esa manera. Ya hasta me producen sentimientos de afecto, porque los considero muy desprovistos de buenos sentimientos”.
Pausado, narró lo sucedido desde el domingo. “Como Presidente tengo la responsabilidad de informarles sobre mi estado de salud. Ya lo hice, pero de todas maneras como ha habido especulaciones es importante decirles que estoy bien. Tengo covid, se me complicó porque fui a una gira muy intensa. En Mérida me hizo crisis porque se me bajó de repente la presión (...) como que me quedé dormido, fui una especie de váguido, hablando coloquialmente (… ) no perdí el conocimiento, sí tuve esa situación de desmayo transitorio”.
Llegaron los médicos para atenderlo, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, dispuso lo necesario para darle toda la asistencia que incluía trasladarlo en camilla, por lo que apeló a su investidura para impedirlo. “Los charoleé. Les dije: él es el general secretario, pero yo soy el comandante supremo de las fuerzas armadas. No me van a llevar a ningún lado y aquí en este sillón me van a atender”.
Mostró algunas partes del museo en que se convirtió, a partir de este sexenio, el sitio donde encerraron a Madero, lo que le dio pauta para hablar de las traiciones contra quienes forjaron la historia nacional. El asesinato de Hidalgo y la exhibición de su cabeza durante 10 años; el golpe contra Madero y su muerte en la decena trágica; la embestida conservadora contra el gobierno de Lázaro Cárdenas, inconforme con sus acciones.
Se dio espacio para celebrar el buen rumbo de la economía; la fortaleza del peso y hasta del descenso de la incidencia delictiva. Al hablar de las reacciones de sus adversarios en su ausencia, deploró las desmesuradas versiones que proliferaron a raíz de la imaginación que tienen, enfatizando en los presagios de una presunta embolia cerebral que habría sufrido o el despliegue de médicos del Instituto de Cardiología a Palacio Nacional.
“No hubo ninguna afectación en el corazón, en el cerebro”, dijo. El Presidente auguró que con la ayuda del creador y sus deseos de vivir, “vamos a concluir nuestro mandato”
Mencionó que en este periodo, mientras corrían estas versiones, se dio tiempo hasta para adelantar los borradores de dos discursos que pronunciará en ocasión del Día del Trabajo y la conmemoración de la Batalla de Puebla.
Más de 18 minutos de video difundido en sus redes sociales en el que también entrelazó los vaticinios de su deceso con las ocasiones en la que, políticamente, lo “dieron por muerto” con la inevitable referencia a la secuela del fraude electoral de 2006.
Habló de la integración del movimiento que se ha realizado “con mucho sacrificio y fatigas”, del fallecimiento de muchos que estuvieron a su lado en este periodo. “A ellos les dedico esta plática ahora que estoy con covid. Que no se preocupen, estoy bien y vamos a seguir luchando, ya saben como soy de perseverante. Nos falta todavía un tiempo y van a haber muchas bellas cosas, en beneficio del nuestro querido pueblo”.
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